sábado, 20 de septiembre de 2014

DISCURSO DE STEPHEN HAWKING: Premio Príncipe de Asturias a la Concordia 1989

''El mundo está lleno de sufrimiento, pero rebosa de personas que lo han vencido y en su lucha descubrieron algo valioso´´.   Helen Keller
Hawking dando su discurso por ordenador
Stephen Hawking aún no había nacido cuando Helen Keller formuló estas palabras. Sin embargo, a cualquiera que las lea hoy en día (como probablemente sea su caso) le viene a la cabeza la triste imagen de un hombre condenado a la inmovilidad el resto de su vida. Un hombre, que a pesar de su grave enfermedad (ELA), cuya lucha hoy reivindican famosos y no tan famosos de todos los lugares del planeta arrojándose un cubo de agua helada; ha sabido descifrar los secretos más ocultos del universo y, como buen divulgador que es, revelárnoslos de una manera clara y concisa. Es este, la divulgación y el fomento de nuestras competencias científicas las que Hawking reivindica en este escrito, en el que partiendo de la premisa (en la que tantas veces ha insistido su homólogo español por antonomasia Eduard Punset) de que todo tiempo pasado fue peor, defiende el carácter inherente al ser humano de la ciencia; es decir, la búsqueda de conocimiento experimentado y contrastado acerca de todo cuanto nos rodea (en mi opinión, aquello que a la larga ha contribuido más a la diferenciación entre el `hombre´ y la `bestia´).

Hawking, también nos habla de la importancia y responsabilidad que tiene la sociedad y los medios de comunicación, y muy especialmente los colegios, de adaptar la enseñanza científica a los tiempos que corren, haciendo hincapié en la necesidad de fomentar entre los más jóvenes –y a veces lo no tan jóvenes- el interés por la ciencia y en acabar con la desconfianza que el ya obsoleto modelo educativo que actualmente tenemos nos produce hacia ella, como consecuencia del error de pedigrí que arrastramos desde muy pequeñitos al confundir términos completamente dispares.

Príncipe Felipe durante el discurso de Hawking
Lo que él defiende –cosa que personalmente comparto- es que el objetivo final de la enseñanza científica no debe ser APRENDER, sino que esto debe ser simplemente un paso intermedio que nos lleve a COMPRENDER aquello que hemos aprendido. Si podemos sacar alguna conclusión de lo leído en su discurso, la mía sería que es fácil aprender –cualquiera puede hacerlo-, pero muy difícil comprender –algo reservado a tan solo unas pocas personas que, lejos de conformarse con su ignorancia o erudición, exploran activamente los límites infinitos de su ignorancia-. Algo, que como él defiende, debe ser constante, incluso una vez terminados los estudios escolares, pues la ciencia no es estática, sino que se encuentra en un continuo proceso de cambio y evolución que como también advierte en el tramo final de su discurso, entraña sus riesgos (medioambientales, nucleares…); y para combatirlos, necesitamos, hoy más que nunca, estar informados y comprender que una gestión responsable de nuestro conocimiento es la clave para seguir siendo lo que una vez fuimos sin temor alguno: ciudadanos de un lugar llamado mundo. Todo ello objetivos de la asignatura de CMC, que esperemos nos sirva de recordatorio y nos ayude a cumplir con ellos.

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